Dónde se esconde la luz?
¿Dónde se esconde el fuego?
¿Acaso está detrás de ti?
Mira mis pasos van junto a los tuyos por que así lo hemos querido.
Por que algo me dice que mi boca necesita de tu boca, que mis manos extrañan a las tuyas.
Mi cuerpo se detiene para preguntar que ha pasado.
Y contesto mirándote a los ojos y es entonces cuando lo entiendo todo, cuando se esfuma el temor, cuando la soledad se cobija, cuando mis tormentos callan. Para que mi sombra te toque al hombro y diga que te quiere.
Tú sin hablar contemplas el escenario para encontrar la luz y el fuego que se habían perdido.
Cierras los ojos.
El aire nos conduce a los dos a un lugar donde nadie habita, donde solo tu y yo somos participes, donde grito tú nombre y tu gritas el mío.
Canto para ti y me acompaña un círculo de emociones olvidadas y solo para ti es la claridad. Me pides que me detenga para darte un beso. Pero lo que tú no sabes es que en ese lugar nunca terminan los besos. Cantan el Sol y las noches hasta que desaparezcan de nosotros.
¿Lo entiendes?
Deslizo mis dedos sobre tu rostro cada uno cayendo, penetrandote, pero tú tomas mis manos y las llevas hacia tu pecho. ¿Escuchas la música? ¿Quieres bailar? Pero mírame a los ojos para poder seguir.
La flor de todos los días, aquella que me recuerda a ti aún en los días de tristeza.
Tengo sed de saber de ti, nacido sobre nubes, sobre espacios no fusionados te tengo a ti.
Tras un espejo te veo, tras los sueños te veo, tras las montañas te vi y te extrañe y esperé y esperé.
Por ti, antes de ver la luz que de tu cuerpo emana, quisiera tocar el agua de cristal para ti.
Por ti, antes de ver volar la flor de este día, quisiera tocar el agua de cristal para ti.
Este que soy yo, sí, este es para ti.
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Para ti
lunes, 10 de agosto de 2009
Dónde se esconde la luz?
¿Dónde se esconde el fuego?
¿Acaso está detrás de ti?
Mira mis pasos van junto a los tuyos por que así lo hemos querido.
Por que algo me dice que mi boca necesita de tu boca, que mis manos extrañan a las tuyas.
Mi cuerpo se detiene para preguntar que ha pasado.
Y contesto mirándote a los ojos y es entonces cuando lo entiendo todo, cuando se esfuma el temor, cuando la soledad se cobija, cuando mis tormentos callan. Para que mi sombra te toque al hombro y diga que te quiere.
Tú sin hablar contemplas el escenario para encontrar la luz y el fuego que se habían perdido.
Cierras los ojos.
El aire nos conduce a los dos a un lugar donde nadie habita, donde solo tu y yo somos participes, donde grito tú nombre y tu gritas el mío.
Canto para ti y me acompaña un círculo de emociones olvidadas y solo para ti es la claridad. Me pides que me detenga para darte un beso. Pero lo que tú no sabes es que en ese lugar nunca terminan los besos. Cantan el Sol y las noches hasta que desaparezcan de nosotros.
¿Lo entiendes?
Deslizo mis dedos sobre tu rostro cada uno cayendo, penetrandote, pero tú tomas mis manos y las llevas hacia tu pecho. ¿Escuchas la música? ¿Quieres bailar? Pero mírame a los ojos para poder seguir.
La flor de todos los días, aquella que me recuerda a ti aún en los días de tristeza.
Tengo sed de saber de ti, nacido sobre nubes, sobre espacios no fusionados te tengo a ti.
Tras un espejo te veo, tras los sueños te veo, tras las montañas te vi y te extrañe y esperé y esperé.
Por ti, antes de ver la luz que de tu cuerpo emana, quisiera tocar el agua de cristal para ti.
Por ti, antes de ver volar la flor de este día, quisiera tocar el agua de cristal para ti.
Este que soy yo, sí, este es para ti.
¿Dónde se esconde el fuego?
¿Acaso está detrás de ti?
Mira mis pasos van junto a los tuyos por que así lo hemos querido.
Por que algo me dice que mi boca necesita de tu boca, que mis manos extrañan a las tuyas.
Mi cuerpo se detiene para preguntar que ha pasado.
Y contesto mirándote a los ojos y es entonces cuando lo entiendo todo, cuando se esfuma el temor, cuando la soledad se cobija, cuando mis tormentos callan. Para que mi sombra te toque al hombro y diga que te quiere.
Tú sin hablar contemplas el escenario para encontrar la luz y el fuego que se habían perdido.
Cierras los ojos.
El aire nos conduce a los dos a un lugar donde nadie habita, donde solo tu y yo somos participes, donde grito tú nombre y tu gritas el mío.
Canto para ti y me acompaña un círculo de emociones olvidadas y solo para ti es la claridad. Me pides que me detenga para darte un beso. Pero lo que tú no sabes es que en ese lugar nunca terminan los besos. Cantan el Sol y las noches hasta que desaparezcan de nosotros.
¿Lo entiendes?
Deslizo mis dedos sobre tu rostro cada uno cayendo, penetrandote, pero tú tomas mis manos y las llevas hacia tu pecho. ¿Escuchas la música? ¿Quieres bailar? Pero mírame a los ojos para poder seguir.
La flor de todos los días, aquella que me recuerda a ti aún en los días de tristeza.
Tengo sed de saber de ti, nacido sobre nubes, sobre espacios no fusionados te tengo a ti.
Tras un espejo te veo, tras los sueños te veo, tras las montañas te vi y te extrañe y esperé y esperé.
Por ti, antes de ver la luz que de tu cuerpo emana, quisiera tocar el agua de cristal para ti.
Por ti, antes de ver volar la flor de este día, quisiera tocar el agua de cristal para ti.
Este que soy yo, sí, este es para ti.
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