Entro desnudo y así salgo entrelazado sin cadenas.
Amor mio, susurras entre palmas entre bienhechores de imaginación.
Cuando penetro en el espacio infinito todo se suprime y es tan hermoso.
Te aferras a mi como una loba y yo a ti como un tigre, queriendono arañar en el instante, el circulo de nuestra sed errante.
Añado mi pulsación a tu pecho y la exitación nos sobreencoje.
Como ambos lo hacemos al ritmo de tu canción favorita.
La puerta te llama, es aquella inmensidad de lo desconocido, donde tus manos nunca exploraron mi cuerpo y percibieron tus ansias de vivir esta efigie del amor.
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Tu templo
lunes, 10 de agosto de 2009
Entro desnudo y así salgo entrelazado sin cadenas.
Amor mio, susurras entre palmas entre bienhechores de imaginación.
Cuando penetro en el espacio infinito todo se suprime y es tan hermoso.
Te aferras a mi como una loba y yo a ti como un tigre, queriendono arañar en el instante, el circulo de nuestra sed errante.
Añado mi pulsación a tu pecho y la exitación nos sobreencoje.
Como ambos lo hacemos al ritmo de tu canción favorita.
La puerta te llama, es aquella inmensidad de lo desconocido, donde tus manos nunca exploraron mi cuerpo y percibieron tus ansias de vivir esta efigie del amor.
Amor mio, susurras entre palmas entre bienhechores de imaginación.
Cuando penetro en el espacio infinito todo se suprime y es tan hermoso.
Te aferras a mi como una loba y yo a ti como un tigre, queriendono arañar en el instante, el circulo de nuestra sed errante.
Añado mi pulsación a tu pecho y la exitación nos sobreencoje.
Como ambos lo hacemos al ritmo de tu canción favorita.
La puerta te llama, es aquella inmensidad de lo desconocido, donde tus manos nunca exploraron mi cuerpo y percibieron tus ansias de vivir esta efigie del amor.
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